Fe y Confianza
Karol Wojtila nos dice que aunque puede haber confianza en el intelecto, la confianza por sí sola no tiene la capacidad para llevarnos a Dios. La Fe Divina (creencia en las verdades reveladas por Dios) tiene una esencia y un poder que la confianza no tiene. La Fe Divina tiene una semejanza esencial con Dios, que la confianza no tiene. Nos dice que esta clase de Fe nos trae luz porque la Fe es luz. Luz es la esencia de la Fe. La luz de la Fe puede capacitar al intelecto para tener contacto con la Divinidad y su luz Divina está por encima de la luz natural de la confianza del intelecto. Wojtyla dice que un director espiritual podría aconsejarnos el oscurecer el intelecto (olvidar el pasado y el futuro y todo lo que no es necesario para el Cielo) para que el poder de la Fe haga su labor en el intelecto. La Fe Divina tiene la capacidad para unir el intelecto con Dios por su semejanza esencial a Dios. Cuanto mayor sea la Fe, tanto más cerca estaremos de Dios. Cuanto más cerca de Dios, tanto más oscuro es el intelecto. Por medio de la Fe Divina (oscuridad del intelecto) Dios puede manifestarse al alma (intelecto, memoria y voluntad) y lo hace de manera oculta. Este Padre dice que el intelecto natural no puede llevarnos a la Unión con Dios, no importa cuánta sea la confianza. La confianza no tiene esa clase de poder. Fe Divina tiene ese poder por su semejanza esencial a Dios y la Fe usa al intelecto para llevarnos a la Unión con Dios, aquí en este mundo. Como Dios es oscuridad para el intelecto, la Fe Divina viene a nuestro intelecto en oscuridad. Wojtyla nos dice que hay una experiencia sobrenatural de Dios causada por la Fe Divina que capacita al intelecto para conocer que Dios está presente por una experiencia de su amor. Esta experiencia se recibe en el intelecto o la voluntad y se llama Contemplación Infusa, que no viene a nosotros solamente como resultado de nuestras buenas obras. Es un don y es la manera normal por la que un Cristiano puede alcanzar la Unión con Dios en este mundo. [Durante los tiempos de Santa Teresa de Avila, casi todos los que tenían algo de piedad, tenían por lo menos el primer grado de Contemplación, pues desde el púlpito se enseñaba como prepararse para este don.] San Juan de la Cruz lo llama Contemplación Infusa, cierto hábito oscuro del alma y es cierta perfección de las facultades que es la presencia oculta de Dios dentro del alma. El Padre Wotjyla dice que la Contemplación Infusa es la perfección de nuestra Fe. La Luz de la Fe es tan grande que ciega nuestro intelecto como el sol abruma nuestros ojos cuando lo miramos. Cerramos los ojos a los rayos del sol, pero nuestro intelecto natural se abre a la luz de la verdad Divina cuando Dios obra, como en la Contemplación Infusa. La fe natural del intelecto se extiende solamente al conocimiento exterior, tal y como la confianza; pero aquí, el intelecto tiene la capacidad para lo sobrenatural cuando el Señor desea concederlo por medio de la luz de la Fe. Es infusa por Dios porque las verdades Divinas no se pueden obtener por la luz de nuestro intelecto natural sin la luz de la Fe. Cuando esta infusión está en la voluntad, experimentamos el amor de Dios en la voluntad ya que la voluntad fué hecha para amar. Esta Contemplación que es revelada al alma no tiene proporción a nada que hayamos visto o conocido. Wotjyla nos dice que la manera para recibir la infusion del amor de Dios es por medio de la Noche y dice que la Noche, de acuerdo a San Juan de la Cruz, es una privación del DESEO de buscar nuestro propio placer en los cinco sentidos (vista, oído, gusto, olfato y tacto). El conocimiento natural se obtiene por estos mismos cinco sentidos. Nos dice que el intelecto natural debe oscurecerlos para dar lugar a que la Fe Divina obre. El afecto por las cosas mundanas y creaturas es oscuridad en relación a Dios porque carecen de cierta semejanza a Dios. El amor hace al alma como el amado. En tanto como amemos a la creatura u otra cosa mundana, en esa medida no amamos a Dios con todo el corazón, alma y fuerzas a menos que los amemos por el amor de Dios. Una prueba dura que Dios permita, a la larga declarará cuál hemos escogido. Si elegimos a Dios, continuaremos progresando mientras que el intelecto permanece en la oscuridad. Esta oscuridad es necesaria porque la luz de la Fe no penetra ninguno de los sentidos. Las facultades se sienten vacías. Están vacías. Esto fué causado por las virtudes que practicamos al oscurecer los cinco sentidos y a la larga el intelecto se llena de la Contemplación Infusa oscurecida dada como un don, Dios mismo. Este autor nos dice que la oscuridad completa del intlecto es necesaria para que el conocimiento natural del intelecto no sobrepase el deleite de la Contemplación Infusa, que es un concimiento de Dios deliciosamente oscuro. Es una comprensión sin el uso de los sentidos porque la Fe Divina no penetra ninguno de los cinco sentidos. A veces, durante esta Contemplación Infusa, el entendimiento (intelecto) permanece en oscuridad acerca de todo conocimiento claro y distinto. El alma se deleita en esta Contemplación más y más conforme las facultades (intelecto, memoria y voluntad) eventualmente se vuelven más y más puras, vacías de todo, excepto de Dios. Dios no puede ser visto pero Wojtyla dice que es percibido como la fuente de Sabiduría y Caridad (amor de Dios) en la cual tenemos una participación. El alma arde con el amor de Dios dentro de sus facultades y su anhelo por una amor a Dios más profundo continúa hasta que alcanza la Unión (transformados en Dios llegamos a ser una nueva persona).
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Wojtyla, Karol, Faith According to Saint John of the Cross [Fe Según San Juan de la Cruz], traducido por Jordan Aumann, O.P. San Francisco; Ignatiius Presss 1981.