Nota 64
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
SAINT CHARLES OF SEZZE – An Autobiography
[SAN CARLOS DE SEZZE - Una Autobiografía]
Era un santo y excepcional Hermano Lego Franciscano carente de educación. Era
conocido por su santidad, simplicidad y caridad. El Papa Clemente IX lo llamó a su
cabecera para que lo asistiera y consolara en sus últimas horas. Traducido del
itialiano por el Reverendo Leonardo Perotti, O.F.M., quien fue profesor de alemán,
griego y latín en el Seminario de San José en Jeffersonville, Nueva York. También
se desempeñó como director espiritual y fue elegido para ser el Superior de la
residencia de frailes Americanos estudiando en Roma. Posteriormente llegó a ser
Vicario Provincial de la Provincia del Santo Nombre en los Estados Unidos.
Apegos
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
SAINT CHARLES OF SEZZE – An Autobiography
[SAN CARLOS DE SEZZE - Una Autobiografía]
Era un santo y excepcional Hermano Lego Franciscano carente de educación. Era
conocido por su santidad, simplicidad y caridad. El Papa Clemente IX lo llamó a su
cabecera para que lo asistiera y consolara en sus últimas horas. Traducido del
itialiano por el Reverendo Leonardo Perotti, O.F.M., quien fue profesor de alemán,
griego y latín en el Seminario de San José en Jeffersonville, Nueva York. También
se desempeñó como director espiritual y fue elegido para ser el Superior de la
residencia de frailes Americanos estudiando en Roma. Posteriormente llegó a ser
Vicario Provincial de la Provincia del Santo Nombre en los Estados Unidos.
Apegos
San Carlos alcanzó el grado más alto de la vida espiritual. Decía que esto implicaba el despojarse de todos sus afectos. Ya no era atraído por consuelos sensibles. Se había vuelto desinteresado en el amor a la comodidad y al mundo. Era indiferente respecto a la paz o los disturbios y, buscando la voluntad divina, no ponía atención a las exigencias de la naturaleza inferior.
Este grado le parecía ser un nuevo aniquilamiento. Su cabeza parecía vacía y ahí no había nada más que la Divinidad, de quien él recibía luz para continuar perseverando en el camino espiritual y sufrir con alegría lo que sufría en la oración cuando ya no sentía el toque de Dios, pues disfrutaba del gusto de ese mismo Dios de manera habitual.
Vivía en Dios simplemente sin ningún apego a su propio amor, ocupándose con alegría en cualquier cosa que Dios le ponía enfrente, sin hacer ninguna distinción. Le era indiferente si era rechazado o exaltado. Se consolaba resignadamente pues se daba cuenta que las imperfecciones naturales son el resultado del pecado original y son realmente dones, porque se vuelven ocasión de humillación.
Este grado le parecía ser un nuevo aniquilamiento. Su cabeza parecía vacía y ahí no había nada más que la Divinidad, de quien él recibía luz para continuar perseverando en el camino espiritual y sufrir con alegría lo que sufría en la oración cuando ya no sentía el toque de Dios, pues disfrutaba del gusto de ese mismo Dios de manera habitual.
Vivía en Dios simplemente sin ningún apego a su propio amor, ocupándose con alegría en cualquier cosa que Dios le ponía enfrente, sin hacer ninguna distinción. Le era indiferente si era rechazado o exaltado. Se consolaba resignadamente pues se daba cuenta que las imperfecciones naturales son el resultado del pecado original y son realmente dones, porque se vuelven ocasión de humillación.
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