Nota 33
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
SONG OF SONGS: A Mystical Exposition
[EL CANTAR DE LOS CANTARES; Una Exposición Mística]
Por el Padre Maestro Juan González Arintero, O.P., S.T.M.
Enseñó en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquinas en
Roma. Traducido por James Valender, M.A. Y José L. Morales, Ph.D.
Renunciar a Nuestra Propia Manera
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
SONG OF SONGS: A Mystical Exposition
[EL CANTAR DE LOS CANTARES; Una Exposición Mística]
Por el Padre Maestro Juan González Arintero, O.P., S.T.M.
Enseñó en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquinas en
Roma. Traducido por James Valender, M.A. Y José L. Morales, Ph.D.
Renunciar a Nuestra Propia Manera
El autor dice que una vez que Jesús ve que hemos renunciado a nuestros propios modos y opiniones, y nos hemos abandonado a El completamente, nos hará probar algo de la dulzura que ha ocultado a otros.
Nos dice que cuando se nos ha dado el don de la contemplación infusa, podemos avanzar más en el gozo del Señor y conocer sus dulces y ocultos secretos. Sin saber cómo, nuestra alma será llevada a mansiones desconocidas para los mortales y no seremos capaces de decirle a nadie lo que ahí sentimos, pues será tan inefable que no hay palabras que puedan describirlo.
Dice que a causa de estas impresiones divinas en el alma, frecuentemente olvidaremos las cosas de aquí abajo, y a causa de este olvido los demás se burlarán de nosotros, sin saber nada de los deleitosos misterios que encontramos interiormente. No entenderán nuestro silencio y estricta disciplina y así nos considerarán raros, melancólicos y hasta engañados. Cuando nos hayamos dado a Dios realmente, encontraremos que los mundanos y tibios nunca dejarán de ridiculizarnos. No creerían que Dios nos está dando gracias cuando ellos nos ven con tantas imperfecciones [involuntarias, por supuesto].
Nos dice que cuando se nos ha dado el don de la contemplación infusa, podemos avanzar más en el gozo del Señor y conocer sus dulces y ocultos secretos. Sin saber cómo, nuestra alma será llevada a mansiones desconocidas para los mortales y no seremos capaces de decirle a nadie lo que ahí sentimos, pues será tan inefable que no hay palabras que puedan describirlo.
Dice que a causa de estas impresiones divinas en el alma, frecuentemente olvidaremos las cosas de aquí abajo, y a causa de este olvido los demás se burlarán de nosotros, sin saber nada de los deleitosos misterios que encontramos interiormente. No entenderán nuestro silencio y estricta disciplina y así nos considerarán raros, melancólicos y hasta engañados. Cuando nos hayamos dado a Dios realmente, encontraremos que los mundanos y tibios nunca dejarán de ridiculizarnos. No creerían que Dios nos está dando gracias cuando ellos nos ven con tantas imperfecciones [involuntarias, por supuesto].
Derechos de Autor, Copyright © 2015 & 2016