Nota 72
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
ST. JOHN CLIMACUS – The Ladder of Divine Ascent
[SAN JAUN CLÍMACO – La Escala del Ascenso Divino]
Por San Juan Clímaco
No existe un texto definitivo de esta obra de San Juan Clímaco. Traducido del
inglés arcaico por el Archimandrita Lázaro Moore que ante todo usó
Sophronius Eremites, Constantinopla 1883 y Patrologia Graeca, Volumen 88
de Migne además de varias ediciones rusas y manuscritos griegos.
Descubriendo la Voluntad de Dios
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
ST. JOHN CLIMACUS – The Ladder of Divine Ascent
[SAN JAUN CLÍMACO – La Escala del Ascenso Divino]
Por San Juan Clímaco
No existe un texto definitivo de esta obra de San Juan Clímaco. Traducido del
inglés arcaico por el Archimandrita Lázaro Moore que ante todo usó
Sophronius Eremites, Constantinopla 1883 y Patrologia Graeca, Volumen 88
de Migne además de varias ediciones rusas y manuscritos griegos.
Descubriendo la Voluntad de Dios
Este santo dice que si queremos conocer la voluntad de Dios, debemos mortificar primero la nuestra. Dios no es injusto, y El nos guiará mediante el consejo de nuestro prójimo si elegimos este medio con una completa confianza en El, con el motivo de renunciar a nuestra propia voluntad para hacer la de El. El santo dice que los que hacen esto se llenan de gran humildad.
Para encontrar la voluntad de Dios por nosotros mismos, el santo dice que debemos desechar todos los apegos. Nuestros pensamientos sobre esto o aquello deben primero ser entregados al Señor, antes de tomar ninguna medida. Renunciamos a nuestras más queridas intenciones para mejor hacer las de El. El Santo dice que si hacemos esto fielmente, podemos obtener un conocimiento de la voluntad de Dios. Dice que Dios coopera con todos los que deliberadamente eligen hacer el bien.
El santo dice que no es bueno buscar lo que está más allá de nuestra habilidad, y Dios con frecuencia nos oculta su voluntad cuando sabe que aunque la conociéramos no la haríamos, en cuyo caso recibiríamos un mayor castigo por ello. Dios juzga nuestro arrepentimiento, dice, no por nuestros esfuerzos sino por nuestra humildad.
Para encontrar la voluntad de Dios por nosotros mismos, el santo dice que debemos desechar todos los apegos. Nuestros pensamientos sobre esto o aquello deben primero ser entregados al Señor, antes de tomar ninguna medida. Renunciamos a nuestras más queridas intenciones para mejor hacer las de El. El Santo dice que si hacemos esto fielmente, podemos obtener un conocimiento de la voluntad de Dios. Dice que Dios coopera con todos los que deliberadamente eligen hacer el bien.
El santo dice que no es bueno buscar lo que está más allá de nuestra habilidad, y Dios con frecuencia nos oculta su voluntad cuando sabe que aunque la conociéramos no la haríamos, en cuyo caso recibiríamos un mayor castigo por ello. Dios juzga nuestro arrepentimiento, dice, no por nuestros esfuerzos sino por nuestra humildad.
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