Nota 94
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE LIFE OF ST. GEMMA GALGANI
[LA VIDA DE SANTA GEMMA GALGANI]
Por el Venerable Padre Germanus, C.P. (su Director Espiritual)
Fue una virgen angelical, estigmatizada y santa (canonizada en 1940). Traducido por el
Reverendo A. M. O’Sullivan, O.S.B. de la Vida de la Sierva de Dios, Gemma Galgani.
La Obediencia
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE LIFE OF ST. GEMMA GALGANI
[LA VIDA DE SANTA GEMMA GALGANI]
Por el Venerable Padre Germanus, C.P. (su Director Espiritual)
Fue una virgen angelical, estigmatizada y santa (canonizada en 1940). Traducido por el
Reverendo A. M. O’Sullivan, O.S.B. de la Vida de la Sierva de Dios, Gemma Galgani.
La Obediencia
Gemma Galgani nació en 1878. Era todavía una niña pequeña cuando su madre murió y fue posteriormente adoptada por la familia Giannini, en 1899. En ese tiempo trató de entrar a la vida religiosa pero no fue recibida. Murió en 1903 a la edad de veinticinco años.
Estas notas fueron tomadas del capítulo concerniente a la obediencia perfecta de Santa Gemma. Su santo director espiritual nos dice que su obediencia era de la mayor importancia en la obtención de la perfección. Consistía en la negación de su voluntad, aún en las cosas más pequeñas. Tenía una intuición fuerte y una vida interior sobrenatural.
Siempre sabía cuándo le llegaría una carta de su director y, en su exuberancia, lo mencionaba a los demás en la casa. Su director le ordenó que se abstuviera de profetizar para eliminar aún la más mínima posibilidad de que cierto orgullo sutil entrara en su preciosa alma. Ella le obedecía a él, y a todos los demás, tan perfectamente que en esta virtud solamente encontraba gran consuelo.
Su santo director nos dice que la virtud de ceder a la voluntad de otros la adelantó muy rápidamente, pues al hacer esto estaba reprimiendo consistentemente su propia naturaleza. Santa Gemma era tan dócil en someter su voluntad a otros en cosas externas como lo era con su director espiritual en cosas internas y su director decía de ella que tenía derecho a la Promesa Divina: “los verdaderamente obedientes contarán victorias.”
Estas notas fueron tomadas del capítulo concerniente a la obediencia perfecta de Santa Gemma. Su santo director espiritual nos dice que su obediencia era de la mayor importancia en la obtención de la perfección. Consistía en la negación de su voluntad, aún en las cosas más pequeñas. Tenía una intuición fuerte y una vida interior sobrenatural.
Siempre sabía cuándo le llegaría una carta de su director y, en su exuberancia, lo mencionaba a los demás en la casa. Su director le ordenó que se abstuviera de profetizar para eliminar aún la más mínima posibilidad de que cierto orgullo sutil entrara en su preciosa alma. Ella le obedecía a él, y a todos los demás, tan perfectamente que en esta virtud solamente encontraba gran consuelo.
Su santo director nos dice que la virtud de ceder a la voluntad de otros la adelantó muy rápidamente, pues al hacer esto estaba reprimiendo consistentemente su propia naturaleza. Santa Gemma era tan dócil en someter su voluntad a otros en cosas externas como lo era con su director espiritual en cosas internas y su director decía de ella que tenía derecho a la Promesa Divina: “los verdaderamente obedientes contarán victorias.”
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