Nota 130
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE COMPLETE WORKS OF SAINT JOHN OF THE CROSS
[LAS OBRAS COMPLETAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ]
Por San Juan de la Cruz
Este libro traducido del Español original al Inglés por E. Allison Peers.
Deseos Imperfectos
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE COMPLETE WORKS OF SAINT JOHN OF THE CROSS
[LAS OBRAS COMPLETAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ]
Por San Juan de la Cruz
Este libro traducido del Español original al Inglés por E. Allison Peers.
Deseos Imperfectos
San Juan de la Cruz nos explica cómo los deseos imperfectos impiden el progreso en la vida espiritual. Un deseo de imperfección es un deseo de algo que no basta para el cielo. Dios desea llenar cada alma con El sólo. San Juan dice que cuanto más apegada es una persona a la criatura, en tal grado su alma no contiene a Dios. Su amor está dividido entre lo creado y el creador. No ama a Dios con todo su corazón. San Juan se dirige principalmente a las monjas de la Orden Carmelita fundada por Santa Teresa de Avila, pero también a quienquiera que desee la unión con Dios. San Juan dice que aunque algunos religiosos han matado a sus mayores enemigos al dejar el mundo, a veces todavía albergan cierta amistad y no se niegan alguna pequeña imperfección. Por tanto, Dios les permite caer y van de mal en peor.
San Juan explica como es que los deseos hastían y ciegan al alma. El deseo no tiene entendimiento de sí, por tanto, cuando una persona es guiada por sus deseos, su entendimiento se oscurece, su voluntad se entorpece y su memoria se debilita. San Juan dice que un deseo enciende nuestra concupiscencia y deslumbra nuestro entendimiento de modo que no podemos ver el daño que estamos haciendo para la salvación de nuestra alma, ni podremos ver la verdad de la situación hasta que el deseo sea extinguido. San Juan dice que si no nos detenemos desde el principio en la complacencia de algún ligero apego bajo el disfraz de una buena conversación y amistad, frecuentemente continuamos con este apego hasta haber perdido del todo a Dios.
San Juan dice que los deseos no tienen modo de poder entender a Dios, y así estos deseos imperfectos que no son necesarios para el cielo tienen que ser castigados, ya sea en esta vida o en la siguiente y esto se hará por la purgación. Un solo deseo imperfecto, aunque no sea pecado mortal, impide al alma la unión con Dios hasta que ese único deseo imperfecto sea eliminado del alma. Los deseos naturales no dañan al alma si los ignoramos, pero el alma debe estar libre de todos los demás, no importa que tan ligeros sean. San Juan menciona algunos de estos deseos imperfectos: hablar demasiado, un pequeño apego a alguien, el apego a alguna cosilla tal como un libro o un placer vano. San Juan dice que Dios le mostró a Ezequiel cómo los pensamientos de cosas bajas de la tierra y de toda criatura que el entendimiento forma, se pintan en el alma cuando el alma se aferra a ellos; y cuando la memoria guarda y reflexiona sobre las criaturas, puede decirse que le damos la espalda a Dios. Un solo deseo imperfecto causa la pérdida de virtud.
San Juan dice que es triste que después de deshacernos de las cosas más difíciles, nos aferramos a alguna cosa infantil la cual Dios desea que conquistemos por amor a El. A causa de un pequeño apego, perdemos el progreso que habíamos alcanzado hacia la unión con Dios y volvemos sobre nuestros viejos pasos, una y otra vez sin avanzar en este camino estrecho.
San Juan explica como es que los deseos hastían y ciegan al alma. El deseo no tiene entendimiento de sí, por tanto, cuando una persona es guiada por sus deseos, su entendimiento se oscurece, su voluntad se entorpece y su memoria se debilita. San Juan dice que un deseo enciende nuestra concupiscencia y deslumbra nuestro entendimiento de modo que no podemos ver el daño que estamos haciendo para la salvación de nuestra alma, ni podremos ver la verdad de la situación hasta que el deseo sea extinguido. San Juan dice que si no nos detenemos desde el principio en la complacencia de algún ligero apego bajo el disfraz de una buena conversación y amistad, frecuentemente continuamos con este apego hasta haber perdido del todo a Dios.
San Juan dice que los deseos no tienen modo de poder entender a Dios, y así estos deseos imperfectos que no son necesarios para el cielo tienen que ser castigados, ya sea en esta vida o en la siguiente y esto se hará por la purgación. Un solo deseo imperfecto, aunque no sea pecado mortal, impide al alma la unión con Dios hasta que ese único deseo imperfecto sea eliminado del alma. Los deseos naturales no dañan al alma si los ignoramos, pero el alma debe estar libre de todos los demás, no importa que tan ligeros sean. San Juan menciona algunos de estos deseos imperfectos: hablar demasiado, un pequeño apego a alguien, el apego a alguna cosilla tal como un libro o un placer vano. San Juan dice que Dios le mostró a Ezequiel cómo los pensamientos de cosas bajas de la tierra y de toda criatura que el entendimiento forma, se pintan en el alma cuando el alma se aferra a ellos; y cuando la memoria guarda y reflexiona sobre las criaturas, puede decirse que le damos la espalda a Dios. Un solo deseo imperfecto causa la pérdida de virtud.
San Juan dice que es triste que después de deshacernos de las cosas más difíciles, nos aferramos a alguna cosa infantil la cual Dios desea que conquistemos por amor a El. A causa de un pequeño apego, perdemos el progreso que habíamos alcanzado hacia la unión con Dios y volvemos sobre nuestros viejos pasos, una y otra vez sin avanzar en este camino estrecho.
Derechos de Autor, Copyright © 2015 & 2016
- John of the Cross, Saint [San Juan de la Cruz], The Complete Works of Saint John of the Cross, Volme I [Las Obras Completas de San Juan de la Cruz Volumen I], traducido y editado por E. Allison Peers, Maryland; The Newman Press. reimpreso en 1957.
- John of the Cross, Saint [San Juan de la Cruz], The Complete Works of Saint John of the Cross, Volme II & III [Las Obras Completas de San Juan de la Cruz Volumen II], traducido y editado por E. Allison Peers, Maryland; The Newman Press. reimpreso en 1953.