Nota 152
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE COMPLETE WORKS OF SAINT JOHN OF THE CROSS
[LAS OBRAS COMPLETAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ]
Por San Juan de la Cruz
Este libro traducido del Español original al Inglés por E. Allison Peers.
Buscando Cosas Buenas de Sentido
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE COMPLETE WORKS OF SAINT JOHN OF THE CROSS
[LAS OBRAS COMPLETAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ]
Por San Juan de la Cruz
Este libro traducido del Español original al Inglés por E. Allison Peers.
Buscando Cosas Buenas de Sentido
San Juan nos dice que no debemos poner nuestro gozo en los bienes sensuales, que son lo que vemos, oímos, olemos, gustamos o tocamos. Dice que el gozo de las cosas visibles causa una mente distraída, envidia y pensamientos impuros. Del gozo en oír cosas inútiles nacen las habladurías, envidia, y juicios inciertos. Del gozo en olores suaves nace el asco del pobre. Del gozo en manjares y bebidas nace la gula, embriaguez y discordia. Del gozo en el tacto de cosas suaves viene la afeminación y los sentidos son predispuestos al pecado. Dice San Juan que hasta en nuestras oraciones podemos tener algún placer de los sentidos. Puede ser que nuestra intención sea rezarle a Dios pero, en realidad, hay más recreación de los sentidos que afecto por Dios. Dice que el gozo que surge en nosotros debe ser enderezado a Dios si deseamos tener unión con El.
Por los bienes sensibles, San Juan quiere decir todo lo que puede ser aprehendido por los cinco sentidos (oído, tacto, vista, olfato y gusto). Dice que nunca podemos conocer a Dios por medio de algún sentido ya sean los sentidos exteriores o los sentidos espirituales. El ojo no puede ver a Dios y el oído no puede oír su voz. Nunca ha habido en este mundo ningún perfume tan suave como El y éste les es dado a quienes se mortifican en cuanto a los sentidos. Ni tampoco se ha saboreado en este mundo algo más deleitable que lo que El da espiritualmente. No obstante, San Juan nos dice que tampoco debemos gozarnos en los sentidos espirituales. Dice que tan pronto como nuestra voluntad encuentre placer en lo que oímos, vemos, olemos o tocamos, ya sea sensual o espiritual, nuestra voluntad debe volverse al interior para gozarse en Dios, quien lo da, y que así el disfrute de sus dones se vuelva un gozarse en El.
Dice San Juan que cuando buscamos placer en los bienes sensuales para gozarnos en ellos, somos sensuales y animales. Pero cuando ponemos nuestro gozo por encima de estos sentidos, podemos ser considerados persona espiritual. Cuando ya no vivimos de acuerdo a los sentidos exteriores o espirituales, todas las operaciones de los sentidos (oído, gusto, vista, olfato y tacto) y las facultades (entendimiento, memoria y voluntad) están enderezadas a la contemplación divina. Y en el cielo, la agilidad del cuerpo será más excelente porque nos negamos el gozo de los bienes sensuales para en cambio gozarnos en El, quien los da.
Por los bienes sensibles, San Juan quiere decir todo lo que puede ser aprehendido por los cinco sentidos (oído, tacto, vista, olfato y gusto). Dice que nunca podemos conocer a Dios por medio de algún sentido ya sean los sentidos exteriores o los sentidos espirituales. El ojo no puede ver a Dios y el oído no puede oír su voz. Nunca ha habido en este mundo ningún perfume tan suave como El y éste les es dado a quienes se mortifican en cuanto a los sentidos. Ni tampoco se ha saboreado en este mundo algo más deleitable que lo que El da espiritualmente. No obstante, San Juan nos dice que tampoco debemos gozarnos en los sentidos espirituales. Dice que tan pronto como nuestra voluntad encuentre placer en lo que oímos, vemos, olemos o tocamos, ya sea sensual o espiritual, nuestra voluntad debe volverse al interior para gozarse en Dios, quien lo da, y que así el disfrute de sus dones se vuelva un gozarse en El.
Dice San Juan que cuando buscamos placer en los bienes sensuales para gozarnos en ellos, somos sensuales y animales. Pero cuando ponemos nuestro gozo por encima de estos sentidos, podemos ser considerados persona espiritual. Cuando ya no vivimos de acuerdo a los sentidos exteriores o espirituales, todas las operaciones de los sentidos (oído, gusto, vista, olfato y tacto) y las facultades (entendimiento, memoria y voluntad) están enderezadas a la contemplación divina. Y en el cielo, la agilidad del cuerpo será más excelente porque nos negamos el gozo de los bienes sensuales para en cambio gozarnos en El, quien los da.
Derechos de Autor, Copyright © 2015 & 2016
- John of the Cross, Saint [San Juan de la Cruz], The Complete Works of Saint John of the Cross, Volme I [Las Obras Completas de San Juan de la Cruz Volumen I], traducido y editado por E. Allison Peers, Maryland; The Newman Press. reimpreso en 1957.
- John of the Cross, Saint [San Juan de la Cruz], The Complete Works of Saint John of the Cross, Volme II & III [Las Obras Completas de San Juan de la Cruz Volumen II], traducido y editado por E. Allison Peers, Maryland; The Newman Press. reimpreso en 1953.