Nota 79
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
FRANCISCO DE OSUNA - THE THIRD SPIRITUAL ALPHABET
[FRANCISCO DE OSUNA - El Tercer Alfabeto Espiritual]
Por Francisco de Osuna
Fue un sacerdote Franciscano, de los Frailes Menores de la Observancia
Regular. Explicó la teoría y práctica del recogimiento como se presentan en
los escritos Carmelitanos. Traducido al español por Mary E. Giles, Ph.D.
Clases de Oraciones
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
FRANCISCO DE OSUNA - THE THIRD SPIRITUAL ALPHABET
[FRANCISCO DE OSUNA - El Tercer Alfabeto Espiritual]
Por Francisco de Osuna
Fue un sacerdote Franciscano, de los Frailes Menores de la Observancia
Regular. Explicó la teoría y práctica del recogimiento como se presentan en
los escritos Carmelitanos. Traducido al español por Mary E. Giles, Ph.D.
Clases de Oraciones
El autor nos dice que la primera clase de oración es Vocal. La segunda es Meditación y la tercera es Mental.
Dice que en la oración Vocal hablamos, como cuando recitamos el Padre Nuestro.
En la Meditación nuestro corazón le habla a Dios razonando. El autor dice que Moisés oraba de esta manera cuando sacó a su pueblo de Egipto. Su boca estaba silenciosa y sólo su corazón hablaba. Dios le preguntó por qué gritaba, lo cual prueba que los buenos pensamientos le hablan a Dios más fuerte que las palabras. Los buenos pensamientos le son muy apreciables a Dios; El es quien los da. Dios mira primero al corazón, no a la lengua.
En la oración Mental adoramos a Dios en espíritu. El Señor mismo nos dice que sus verdaderos adoradores son los que adoran al Padre en espíritu y verdad, y el autor dice que esto se debe a que Dios es espíritu y desea ser adorado como El es.
Nos dice que la oración Vocal nos convierte a la fe proclamada por la boca. La Meditación nos convierte a la caridad que demostramos en obras. La Oración mental pertenece a la perfección; la voluntad se perfecciona.
Dice el autor que cuando la persona devota cierra sus sentidos (ojos, oídos, boca, nariz y tacto), no queda más que la oscuridad. En esta oscuridad se da cuenta de que sólo la fe puede alcanzar a Dios. Y es en este momento, cuando Dios atrae al entendimiento hacia El y lo instruye espiritualmente. Este es un modo superior de comunicación al alma que no entendemos porque es una oración del espíritu más sublime que nadie puede explicar en palabras.
Dice que en la oración Vocal hablamos, como cuando recitamos el Padre Nuestro.
En la Meditación nuestro corazón le habla a Dios razonando. El autor dice que Moisés oraba de esta manera cuando sacó a su pueblo de Egipto. Su boca estaba silenciosa y sólo su corazón hablaba. Dios le preguntó por qué gritaba, lo cual prueba que los buenos pensamientos le hablan a Dios más fuerte que las palabras. Los buenos pensamientos le son muy apreciables a Dios; El es quien los da. Dios mira primero al corazón, no a la lengua.
En la oración Mental adoramos a Dios en espíritu. El Señor mismo nos dice que sus verdaderos adoradores son los que adoran al Padre en espíritu y verdad, y el autor dice que esto se debe a que Dios es espíritu y desea ser adorado como El es.
Nos dice que la oración Vocal nos convierte a la fe proclamada por la boca. La Meditación nos convierte a la caridad que demostramos en obras. La Oración mental pertenece a la perfección; la voluntad se perfecciona.
Dice el autor que cuando la persona devota cierra sus sentidos (ojos, oídos, boca, nariz y tacto), no queda más que la oscuridad. En esta oscuridad se da cuenta de que sólo la fe puede alcanzar a Dios. Y es en este momento, cuando Dios atrae al entendimiento hacia El y lo instruye espiritualmente. Este es un modo superior de comunicación al alma que no entendemos porque es una oración del espíritu más sublime que nadie puede explicar en palabras.
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