Nota 117
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE SPIRITUAL COMBAT and Treatise on Peace of Soul
[EL COMBATE ESPIRITUAL Y UN TRATADO SOBRE LA PAZ DEL ALMA]
Por Don Lorenzo Scupoli, C.R.
En sus primeros 20 años, este libro fue publicado 60 veces y traducido al alemásn,
latín, francés, inglés y español. Las ediciones del siglo XIX incluyen traducciones en
portugués, croato, polaco, armenio, griego, árabe y japonés. Revisado de una
edición inglesa antigua por William Lester, M.A. y Robert Mohan, M.A.
Desconfianza de Uno Mismo
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE SPIRITUAL COMBAT and Treatise on Peace of Soul
[EL COMBATE ESPIRITUAL Y UN TRATADO SOBRE LA PAZ DEL ALMA]
Por Don Lorenzo Scupoli, C.R.
En sus primeros 20 años, este libro fue publicado 60 veces y traducido al alemásn,
latín, francés, inglés y español. Las ediciones del siglo XIX incluyen traducciones en
portugués, croato, polaco, armenio, griego, árabe y japonés. Revisado de una
edición inglesa antigua por William Lester, M.A. y Robert Mohan, M.A.
Desconfianza de Uno Mismo
Los traductores del Combate Espiritual nos dicen que este libro es conocido como uno de los grandes clásicos y en el siglo XVII había varias ediciones publicadas bajo el nombre del Benedictino Español Juan de Castanzia. Dicen que la composición original del libro no era como lo tenemos ahora. La primera edición fue publicada en 1589. Dicen que San Francisco de Sales lo llamaba “el libro de oro” y durante diez y ocho años leía de él todos los días. Su edición se la dio personalmente el Padre Lorenzo Scupoli en Padua. Scupoli dice que el propósito del libro es guiarnos al pináculo de la vida espiritual.
El Padre Scupoli nos dice que no podemos esperar llegar a la cima sin la desconfianza de uno mismo. Dice que Dios nos permite caer para que podamos descubrir la raíz de nuestra flaqueza y corregirla. No debemos depender de nuestra propia fuerza, porque sin la gracia de Dios somos incapaces de un sólo pensamiento meritorio o de realizar el más pequeño bien. Por nuestro propio esfuerzo no podemos avanzar en la vida espiritual. Debemos aguardar el efecto de nuestras oraciones. Dios nos permite pecar más o menos gravemente en proporción a nuestro orgullo. Los orgullosos no obtienen conocimiento de ellos mismos y abren los ojos solamente después de haberse hundido en algún asunto vergonzoso. La desconfianza de uno mismo es absolutamente necesaria en el combate espiritual; sin ella, no podemos esperar la derrota de nuestra más débil pasión.
El Padre Scupoli nos dice que no podemos esperar llegar a la cima sin la desconfianza de uno mismo. Dice que Dios nos permite caer para que podamos descubrir la raíz de nuestra flaqueza y corregirla. No debemos depender de nuestra propia fuerza, porque sin la gracia de Dios somos incapaces de un sólo pensamiento meritorio o de realizar el más pequeño bien. Por nuestro propio esfuerzo no podemos avanzar en la vida espiritual. Debemos aguardar el efecto de nuestras oraciones. Dios nos permite pecar más o menos gravemente en proporción a nuestro orgullo. Los orgullosos no obtienen conocimiento de ellos mismos y abren los ojos solamente después de haberse hundido en algún asunto vergonzoso. La desconfianza de uno mismo es absolutamente necesaria en el combate espiritual; sin ella, no podemos esperar la derrota de nuestra más débil pasión.
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