Nota 158
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE COMPLETE WORKS OF SAINT JOHN OF THE CROSS
[LAS OBRAS COMPLETAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ]
Por San Juan de la Cruz
Este libro traducido del Español original al Inglés por E. Allison Peers.
Oratories
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE COMPLETE WORKS OF SAINT JOHN OF THE CROSS
[LAS OBRAS COMPLETAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ]
Por San Juan de la Cruz
Este libro traducido del Español original al Inglés por E. Allison Peers.
Oratories
San Juan continúa hablando de los bienes del espíritu que causan gozo cuando son aprehendidos por al Voluntad. Después de explicar las imágenes, retratos de santos y rosarios, ahora nos da dirección respecto a los oratorios como lugares para orar y ser motivados a una mayor devoción a los santos y a Dios mismo.
San Juan dice que a veces nos engaña el gusto que nos da nuestro oratorio mientras que ahí tenemos muy poca devoción por Dios. Menciona que cuando las imágenes no son a lo vivo, en vez de producir devoción la quitan, y debiera haber una ley para impedir su producción. Dice que la causa por la que muchos no acabamos de entrar en los gozos verdaderos del espíritu es porque nos falta la perseverancia en elevar nuestros apetitos de estas cosas visibles. Hay quienes deseamos realzar el efecto natural deleitable de nuestro oratorio añadiendo continuamente más imágenes, lo cual agrada nuestra inclinación. Dice que avanzaremos sólo renunciando a todos estos gustos sensibles en que nuestra Voluntad se goza, olvidando el oratorio para que el Espíritu pueda elevarse a Dios. Pero por el contrario, deseamos un oratorio que esté bien adornado y sea placentero a los sentidos y así nuestro amor a Dios no es mayor que si nuestro oratorio fuera simple.
Dice San Juan que algún gusto sensible en un oratorio es permisible para quienes no se han dstetado del apetito por las cosas del mundo, porque un oratorio para ellos es un estímulo para dejar un gusto por otro. Sin embargo, el reverenciar a Dios solamente con signos externos y ornato es tiempo desperdiciado en el deleite propio. San Juan sugiere que rápidamente olvidemos estos asimientos y practiquemos la verdadera espiritualidad que es recogimiento interior (desechando toda afición extraña y apegos, apetitos antiguos y deleites humanos) y conversación mental con Dios.
Nos dice San Juan que es mejor elegir un lugar donde los sentidos [vista, oído, olfato y tacto] no nos impidan concentrarnos en Dios que está dentro de este nuestro templo vivo. Dice que es mejor escoger un lugar que no es agradable sino más bien solitario donde el espíritu se eleve a Dios y no sea detenido en las cosas visibles agradables, el ruido o la gente. San Juan dice que aparte de los oratorios privados y otros lugares solitarios, hay ciertos santuarios donde Dios acostumbra conceder favores a personas particulares y es bueno que estas personas vuelvan ahí mientras sean libres de apego a ellos. Sin embargo, no deben esperar que Dios les conceda otra merced como en la visita anterior, sino alabarlo y agradecerle la merced pasada, invocándolo y glorificándolo. San Juan nos dice que también hay lugares especiales dedicados por la Iglesia, como en monte Sinaí, donde Dios le dio la Ley a Moisés. Estos lugares nos ofrecen una mayor oportunidad de ser escuchados ya que es por esto que fueron dedicados.
San Juan dice que a veces nos engaña el gusto que nos da nuestro oratorio mientras que ahí tenemos muy poca devoción por Dios. Menciona que cuando las imágenes no son a lo vivo, en vez de producir devoción la quitan, y debiera haber una ley para impedir su producción. Dice que la causa por la que muchos no acabamos de entrar en los gozos verdaderos del espíritu es porque nos falta la perseverancia en elevar nuestros apetitos de estas cosas visibles. Hay quienes deseamos realzar el efecto natural deleitable de nuestro oratorio añadiendo continuamente más imágenes, lo cual agrada nuestra inclinación. Dice que avanzaremos sólo renunciando a todos estos gustos sensibles en que nuestra Voluntad se goza, olvidando el oratorio para que el Espíritu pueda elevarse a Dios. Pero por el contrario, deseamos un oratorio que esté bien adornado y sea placentero a los sentidos y así nuestro amor a Dios no es mayor que si nuestro oratorio fuera simple.
Dice San Juan que algún gusto sensible en un oratorio es permisible para quienes no se han dstetado del apetito por las cosas del mundo, porque un oratorio para ellos es un estímulo para dejar un gusto por otro. Sin embargo, el reverenciar a Dios solamente con signos externos y ornato es tiempo desperdiciado en el deleite propio. San Juan sugiere que rápidamente olvidemos estos asimientos y practiquemos la verdadera espiritualidad que es recogimiento interior (desechando toda afición extraña y apegos, apetitos antiguos y deleites humanos) y conversación mental con Dios.
Nos dice San Juan que es mejor elegir un lugar donde los sentidos [vista, oído, olfato y tacto] no nos impidan concentrarnos en Dios que está dentro de este nuestro templo vivo. Dice que es mejor escoger un lugar que no es agradable sino más bien solitario donde el espíritu se eleve a Dios y no sea detenido en las cosas visibles agradables, el ruido o la gente. San Juan dice que aparte de los oratorios privados y otros lugares solitarios, hay ciertos santuarios donde Dios acostumbra conceder favores a personas particulares y es bueno que estas personas vuelvan ahí mientras sean libres de apego a ellos. Sin embargo, no deben esperar que Dios les conceda otra merced como en la visita anterior, sino alabarlo y agradecerle la merced pasada, invocándolo y glorificándolo. San Juan nos dice que también hay lugares especiales dedicados por la Iglesia, como en monte Sinaí, donde Dios le dio la Ley a Moisés. Estos lugares nos ofrecen una mayor oportunidad de ser escuchados ya que es por esto que fueron dedicados.
Derechos de Autor, Copyright © 2015 & 2016
- John of the Cross, Saint [San Juan de la Cruz], The Complete Works of Saint John of the Cross, Volme I [Las Obras Completas de San Juan de la Cruz Volumen I], traducido y editado por E. Allison Peers, Maryland; The Newman Press. reimpreso en 1957.
- John of the Cross, Saint [San Juan de la Cruz], The Complete Works of Saint John of the Cross, Volme II & III [Las Obras Completas de San Juan de la Cruz Volumen II], traducido y editado por E. Allison Peers, Maryland; The Newman Press. reimpreso en 1953.