Nota 15
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
FIRE WITHIN
[FUEGO INTERIOR]
Por Thomas Dubay, S.M., E.D.
Fue consejero en todas las areas de progreso espiritual, viajando por el mundo según era
solicitado. Estuvo en la Facultad del colegio Marista en Washington y promovió la
renovación del Concilio Vaticano II. También daba pláticas en su popular serie en EWTN.
Abnegación
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
FIRE WITHIN
[FUEGO INTERIOR]
Por Thomas Dubay, S.M., E.D.
Fue consejero en todas las areas de progreso espiritual, viajando por el mundo según era
solicitado. Estuvo en la Facultad del colegio Marista en Washington y promovió la
renovación del Concilio Vaticano II. También daba pláticas en su popular serie en EWTN.
Abnegación
El autor dice que los escritos de San Juan de la Cruz siempre tienen en mente la Unión Transformadora en Dios, la cual se lleva a cabo aquí en este mundo con personas espirituales. Esta unión, nos dice, no puede tener lugar a menos que todo lo que no es Dios sea expulsado de la mente; no debe haber ninguna imperfección voluntaria [hablar mucho, no querer renunciar a algo, cierta comodidad] o un apego a cualquier cosa que no sea Dios; podemos disfrutar pero no aferrarnos. Nos dice que necesitamos un alma limpia para que Dios pueda brillar a través de ella, como el sol que brilla a través de una ventana perfectamente limpia, sin que veamos ni una sola mancha en el cristal. Necesitamos deshacernos de todas las manchas que impiden nuestra capacidad natural para recibir sabiduría sobrenatural, la cual no podemos tener hasta que todas las cosas del mundo, deseadas por ellas mismas, sean descartadas. Nos dice que Dios espera de nosotros una abnegación tan completa que es como una muerte en vida y una muerte espiritual al mismo tiempo; entonces puede transformarnos en El mismo. Cuanto más nos perdemos, más nos encontramos.
El autor nos dice que hasta que nos purguemos de nuestros apegos, no estaremos equipados para poseer a Dios, nos dice, ni aquí en la tierra por medio de la purificación de Amor, ni en el cielo mediante la visión beatífica. Dice que tendremos que ser purificados en el Purgatorio. Dice que deberíamos considerar que la televisión es una de esas manchas que deben ser eliminadas cuando nuestros deseos no están centrados en Dios. Dice que la televisión causa envidia, vanidad, miedo de lo que no se debe temer, olvido de Dios, murmuraciones, descuido del trabajo y pérdida de tiempo. Nos dice que, ya que Dios es Belleza y Amor infinitos, el buscar cualquier otra cosa por sí misma es puro desatino y quienes están enfrascados en los medios de comunicación, nunca podrán ser personas de oración interior profunda. Nos dice que los deseos egocéntricos minan la fuerza que se necesita para perseverar en la práctica de las virtudes interiores necesarias. De hecho, nos dice, a Dios se le escucha solamente cuando estamos dispuestos mediante una quietud interior, y vacíos de todo menos de Dios. Añade que San Juan dice que la abnegación solamente en asuntos mundanos no es suficiente; además necesitamos la purificación de nuestras posesiones espirituales. Cuando huimos de la sequedad, el disgusto y sufrimientos, nos hacemos espiritualmente enemigos de la Cruz. Abnegación es una crucifixión de nuestra carne, pero eventualmente lleva a un gozo más allá de la imaginación.
El autor nos dice que hasta que nos purguemos de nuestros apegos, no estaremos equipados para poseer a Dios, nos dice, ni aquí en la tierra por medio de la purificación de Amor, ni en el cielo mediante la visión beatífica. Dice que tendremos que ser purificados en el Purgatorio. Dice que deberíamos considerar que la televisión es una de esas manchas que deben ser eliminadas cuando nuestros deseos no están centrados en Dios. Dice que la televisión causa envidia, vanidad, miedo de lo que no se debe temer, olvido de Dios, murmuraciones, descuido del trabajo y pérdida de tiempo. Nos dice que, ya que Dios es Belleza y Amor infinitos, el buscar cualquier otra cosa por sí misma es puro desatino y quienes están enfrascados en los medios de comunicación, nunca podrán ser personas de oración interior profunda. Nos dice que los deseos egocéntricos minan la fuerza que se necesita para perseverar en la práctica de las virtudes interiores necesarias. De hecho, nos dice, a Dios se le escucha solamente cuando estamos dispuestos mediante una quietud interior, y vacíos de todo menos de Dios. Añade que San Juan dice que la abnegación solamente en asuntos mundanos no es suficiente; además necesitamos la purificación de nuestras posesiones espirituales. Cuando huimos de la sequedad, el disgusto y sufrimientos, nos hacemos espiritualmente enemigos de la Cruz. Abnegación es una crucifixión de nuestra carne, pero eventualmente lleva a un gozo más allá de la imaginación.
Derechos de Autor, Copyright © 2015 & 2016
Dubay, Rev. Thomas, S.M., Fire Within [Fuego Interior]. San Francisco: Ignatius Press, sin fecha.