Nota 5
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE PRACTICING CHRISTIAN & RELIGIOUS PERFECTION, Volume II
[EL CRISTIANO PRACTICANTE Y LA PERFECCIÓ N RELIGIOSA, VOLUMEN II]
Por V. F. Alfonsus Rodriguez, S.J.
El trabajo de este Padre Jesuita (que no se confunda con San Alfonso Rodríguez) está
basado en material obtenido de sus exhortaciones espirituales a sus correligionarios
y publicado a solicitud de sus superiores. Traducido al inglés por Sir John Warner,
S.J., de la Edición Francesa de Regnier des Marais, no del español original.
La Tristeza
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE PRACTICING CHRISTIAN & RELIGIOUS PERFECTION, Volume II
[EL CRISTIANO PRACTICANTE Y LA PERFECCIÓ N RELIGIOSA, VOLUMEN II]
Por V. F. Alfonsus Rodriguez, S.J.
El trabajo de este Padre Jesuita (que no se confunda con San Alfonso Rodríguez) está
basado en material obtenido de sus exhortaciones espirituales a sus correligionarios
y publicado a solicitud de sus superiores. Traducido al inglés por Sir John Warner,
S.J., de la Edición Francesa de Regnier des Marais, no del español original.
La Tristeza
Este autor ha escrito seis tratados sobre la tristeza, y cita las Escrituras de principio a fin. Nos dice que cuando estamos preocupados, todo nos enoja y, en estas mentes oscuras y sombrías, el demonio reposa y se toma su tiempo para destruirnos con toda clase de tentaciones. En cuanto empezamos a consentir en pensamientos inquietantes debemos eliminarlos inmediatamente, porque son muy peligrosos para nuestra vida espiritual. Nos dejan ser arrebatados en imaginaciones desenfrenadas que causan pesar. Nos volvemos impacientes y amargados y esto nos impide hacer el bien, llevándonos al desaliento y desesperación. Necesitamos confiar en la misericordia de Dios con toda nuestra mente.
El autor cita a San Bernardo quien dice: “Si quieres desterrar la tristeza, entonces vive como debes, cumple tus obligaciones y corrige tus faltas…” Hay una tristeza buena, donde se produce un firme arrepentimiento. Las pérdidas causadas por el pecado son reparadas por el dolor de haber pecado, por tanto, debemos afligirnos solamente por el pecado. La tristeza que es según Dios, causa obediencia y paciencia y preserva en nosotros los frutos del Espíritu Santo.
Por otro lado, el gozo requerido por los siervos de Dios no es vano y frívolo; no es un gozo que nos hace reír estridentemente o decir cosas ingeniosas o participar en conversaciones con todos los que nos encontremos, pues esto sería una disipación de la mente. El gozo que Dios requiere es prudente, sale de dentro y es visible en nuestro semblante.
El autor cita a San Bernardo quien dice: “Si quieres desterrar la tristeza, entonces vive como debes, cumple tus obligaciones y corrige tus faltas…” Hay una tristeza buena, donde se produce un firme arrepentimiento. Las pérdidas causadas por el pecado son reparadas por el dolor de haber pecado, por tanto, debemos afligirnos solamente por el pecado. La tristeza que es según Dios, causa obediencia y paciencia y preserva en nosotros los frutos del Espíritu Santo.
Por otro lado, el gozo requerido por los siervos de Dios no es vano y frívolo; no es un gozo que nos hace reír estridentemente o decir cosas ingeniosas o participar en conversaciones con todos los que nos encontremos, pues esto sería una disipación de la mente. El gozo que Dios requiere es prudente, sale de dentro y es visible en nuestro semblante.
Derechos de Autor, Copyright © 2015 & 2016
Rodriguez, V. F. Alphonsus [Alfonso Rodríguez, V.F.], The Practice of Christian and Religious Perfection, Vol. II [La Práctica de la Perfección Cristiana y Religiosa, Vol. II]. El nombre del traductor no aparece; tomado de la edición francesa [no del español original de Regnier des Marais]. Dublin: James Duffy And Co., limited, impreso por Edmund Burke & Co., Dublin; sin fecha.