Nota 134
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE COMPLETE WORKS OF SAINT JOHN OF THE CROSS
[LAS OBRAS COMPLETAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ]
Por San Juan de la Cruz
Este libro traducido del Español original al Inglés por E. Allison Peers.
El Intelecto
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE COMPLETE WORKS OF SAINT JOHN OF THE CROSS
[LAS OBRAS COMPLETAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ]
Por San Juan de la Cruz
Este libro traducido del Español original al Inglés por E. Allison Peers.
El Intelecto
San Juan de la Cruz dice que el entendimiento (intelecto) es una de las tres facultades del alma que debe entrar en la oscuridad para que el alma pueda transformarse en Dios. Las otras dos facultades son la memoria y la voluntad. Esta Noche del Sentido se llama activa, porque hacemos lo que podemos para causar que el entendimiento (intelecto) entre en esta oscuridad. Por nuestra parte, para hacer esto debemos vaciarnos de todo lo que no sea Dios y el resultado es una oscuridad o vacío en nuestro entendimiento (intelecto) mientras viajamos sólo por la fe. La fe también es oscuridad para nuestro entendimiento (intelecto) y es el medio para la Transformación.
San Juan dice que los trucos del demonio son constantes contra quienes eligen viajar por este camino a la Unión si no saben cómo desasirse del sentido, que es el deseo de oír, ver, tocar, oler y gustar. Los deseos naturales, tales como querer comer cuando tenemos hambre no nos impiden la Unión. Debemos también desprendernos de visiones, locuciones, etc., que Dios nos pueda dar en este camino. Estas no son Dios mismo. No debemos desearlas ni permanecer en ellas. San Juan dice que no nos admiremos del grado de desapego que es necesario en este camino recto. Antes de alcanzar la Unión, pasaremos por una muerte en vida, temporalmente, naturalmente y espiritualmente. Esta será una muerte en todo lo que podemos desear. Mientras tanto, debemos negarnos a nosotros mismos y sufrir nuestra cruz cotidiana de desprendimiento, que resultará en una sensación de vacío (en la cabeza) de acuerdo al grado en que nuestras facultades (intelecto, memoria y voluntad) se desprendan de las cosas. San Juan dice que no debe faltarnos este ejercicio de desprendimiento y vaciedad, porque ningún otro método puede beneficiarnos en este camino, aunque tuviéramos comunicaciones espirituales tan sublimes como las de los ángeles. Cristo es el camino, que es muerte para nuestro camino natural. San Juan dice que si queremos llegar a cierta ciudad, vamos por el camino que nos lleva a ella. El intelecto no es el camino a la Unión. Las criaturas no son capaces de llevarnos ahí, ni los ángeles, ni cualquier aprehensión sobrenatural. Nada que el intelecto pueda aprender o imaginar puede ser un medio de Unión con Dios, solamente la fe. Las tres facultades del alma se llenarán de Dios al grado en que se vacíen por medio del desprendimiento. Eventualmente, Dios mismo completa la obra de vaciar nuestras facultades y llenarlas con El solo. Nuestra mente se llena de Dios. Nuestra mente es la mente de Dios. Somos transformados en Dios. Las dos voluntades son una y no hay palabras en el lenguaje humano que puedan explicar esta exaltada unión sobrenatural del alma con las tres Divinas Personas. Esta Unión Divina o Transformación no es permanente, sólo transitoria, y nos hace una nueva persona. Este es el grado más alto que se puede alcanzar con Dios en este mundo.
San Juan dice que los trucos del demonio son constantes contra quienes eligen viajar por este camino a la Unión si no saben cómo desasirse del sentido, que es el deseo de oír, ver, tocar, oler y gustar. Los deseos naturales, tales como querer comer cuando tenemos hambre no nos impiden la Unión. Debemos también desprendernos de visiones, locuciones, etc., que Dios nos pueda dar en este camino. Estas no son Dios mismo. No debemos desearlas ni permanecer en ellas. San Juan dice que no nos admiremos del grado de desapego que es necesario en este camino recto. Antes de alcanzar la Unión, pasaremos por una muerte en vida, temporalmente, naturalmente y espiritualmente. Esta será una muerte en todo lo que podemos desear. Mientras tanto, debemos negarnos a nosotros mismos y sufrir nuestra cruz cotidiana de desprendimiento, que resultará en una sensación de vacío (en la cabeza) de acuerdo al grado en que nuestras facultades (intelecto, memoria y voluntad) se desprendan de las cosas. San Juan dice que no debe faltarnos este ejercicio de desprendimiento y vaciedad, porque ningún otro método puede beneficiarnos en este camino, aunque tuviéramos comunicaciones espirituales tan sublimes como las de los ángeles. Cristo es el camino, que es muerte para nuestro camino natural. San Juan dice que si queremos llegar a cierta ciudad, vamos por el camino que nos lleva a ella. El intelecto no es el camino a la Unión. Las criaturas no son capaces de llevarnos ahí, ni los ángeles, ni cualquier aprehensión sobrenatural. Nada que el intelecto pueda aprender o imaginar puede ser un medio de Unión con Dios, solamente la fe. Las tres facultades del alma se llenarán de Dios al grado en que se vacíen por medio del desprendimiento. Eventualmente, Dios mismo completa la obra de vaciar nuestras facultades y llenarlas con El solo. Nuestra mente se llena de Dios. Nuestra mente es la mente de Dios. Somos transformados en Dios. Las dos voluntades son una y no hay palabras en el lenguaje humano que puedan explicar esta exaltada unión sobrenatural del alma con las tres Divinas Personas. Esta Unión Divina o Transformación no es permanente, sólo transitoria, y nos hace una nueva persona. Este es el grado más alto que se puede alcanzar con Dios en este mundo.
Derechos de Autor, Copyright © 2015 & 2016
- John of the Cross, Saint [San Juan de la Cruz], The Complete Works of Saint John of the Cross, Volme I [Las Obras Completas de San Juan de la Cruz Volumen I], traducido y editado por E. Allison Peers, Maryland; The Newman Press. reimpreso en 1957.
- John of the Cross, Saint [San Juan de la Cruz], The Complete Works of Saint John of the Cross, Volme II & III [Las Obras Completas de San Juan de la Cruz Volumen II], traducido y editado por E. Allison Peers, Maryland; The Newman Press. reimpreso en 1953.