Nota 9
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
A YEAR WITH THE SAINTS
[UN AÑO CON LOS SANOS]
Por Autor Desconocido
Traducido del italiano al inglés por un miembro del Seminario
Monte San José (Mt. St. Joseph Seminary), en Hartford, Connecticut.
Los Deberes
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
A YEAR WITH THE SAINTS
[UN AÑO CON LOS SANOS]
Por Autor Desconocido
Traducido del italiano al inglés por un miembro del Seminario
Monte San José (Mt. St. Joseph Seminary), en Hartford, Connecticut.
Los Deberes
El autor nos recuerda que nuestra vocación es el ser perfectos. Esto no es más que cumplir con el deber del estado en que Dios nos ha puesto y en hacerlo sólo por Dios, no por el esposo, esposa, hijos o el prójimo, sino hacerlo solo por Dios. Nos sugiere algunas maneras muy simples de hacer esto, tal y como el no ofender a nadie y ayudar a los necesitados que Dios pone en nuestro camino, y el tratar a todos con respeto, incluyendo a nuestra propia familia. También nos da algunos ejemplos de los santos, que pueden ayudarnos a saber qué es lo que debemos practicar para ser santos.
Después de su conversión, San Pablo olvidó a propósito las cosas del pasado y, a propósito, puso su atención en las del presente. Esta es una práctica excelente en la abnegación.
El Padre Baltasar Alvarez practicaba la abnegación en cosas como el tolerar las imperfecciones de todos, el no resentir una palabra desagradable o una ofensa insignificante, el restringir la emoción de la ira, mortificando los pequeños afectos, regulando el deseo de hablar, cediendo a las bagatelas de los otros. En otras palabras, se beneficiaba de las oportunidades que le llegaban y también practicaba el olvido del pasado.
San Finton tenía un Angel Guardián que lo visitaba todos los días pero un día su ángel no lo visitó. Al preguntarle el porqué, el ángel le dijo que había tenido que estar presente en el funeral de un hombre que era más santo que él y que ese hombre había recibido honores porque nunca había dirigido palabras duras a alguien presente, ni una palabra cruel de alguien ausente.
El Señor mismo una vez dijo a Santa Gertrudis que cada vez que uno percibe una falta propia y resuelve evitarla en el futuro, se gana una gran recompensa y “en tanto que no caiga en ella otra vez por Mi causa, me da tanto honor como un soldado valiente en la guerra.”
San Francisco de Sales nombra “pureza de conciencia” como el primer estado de perfección, en el cual el alma se vuelve como un niño pequeño que nunca piensa mal de otros y Dios mismo viene a los que poseen una mente pura.
De “pureza de la mente” uno pasa a la cruz misma. Para llegar a este estado, uno tiene que adquirir la mortificación de todos los vicios. Si no experimentamos el santo amor de Dios, la culpa es nuestra. Santa Maria Magdalena di Pazzi estaba tan enardecida con el amor de Dios que no podía sostener el ardor de este divino fuego. Tenia que enfriar su seno con telas heladas. Ella amaba a Dios con todo su corazón y siempre prefería el bien de otros antes que el de ella.
Después de su conversión, San Pablo olvidó a propósito las cosas del pasado y, a propósito, puso su atención en las del presente. Esta es una práctica excelente en la abnegación.
El Padre Baltasar Alvarez practicaba la abnegación en cosas como el tolerar las imperfecciones de todos, el no resentir una palabra desagradable o una ofensa insignificante, el restringir la emoción de la ira, mortificando los pequeños afectos, regulando el deseo de hablar, cediendo a las bagatelas de los otros. En otras palabras, se beneficiaba de las oportunidades que le llegaban y también practicaba el olvido del pasado.
San Finton tenía un Angel Guardián que lo visitaba todos los días pero un día su ángel no lo visitó. Al preguntarle el porqué, el ángel le dijo que había tenido que estar presente en el funeral de un hombre que era más santo que él y que ese hombre había recibido honores porque nunca había dirigido palabras duras a alguien presente, ni una palabra cruel de alguien ausente.
El Señor mismo una vez dijo a Santa Gertrudis que cada vez que uno percibe una falta propia y resuelve evitarla en el futuro, se gana una gran recompensa y “en tanto que no caiga en ella otra vez por Mi causa, me da tanto honor como un soldado valiente en la guerra.”
San Francisco de Sales nombra “pureza de conciencia” como el primer estado de perfección, en el cual el alma se vuelve como un niño pequeño que nunca piensa mal de otros y Dios mismo viene a los que poseen una mente pura.
De “pureza de la mente” uno pasa a la cruz misma. Para llegar a este estado, uno tiene que adquirir la mortificación de todos los vicios. Si no experimentamos el santo amor de Dios, la culpa es nuestra. Santa Maria Magdalena di Pazzi estaba tan enardecida con el amor de Dios que no podía sostener el ardor de este divino fuego. Tenia que enfriar su seno con telas heladas. Ella amaba a Dios con todo su corazón y siempre prefería el bien de otros antes que el de ella.
Derechos de Autor, Copyright © 2015 & 2016
Order of Mercy [a member] La Orden de la Misericordia [un miembro], Mt. St. Joseph’s Seminary [Seminario del Monte San José], Hartford, Conn., A year with the Saints [Un año con los Santos]. South Bend, Indiana: Marian Publications, 1972.