Nota 150
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE COMPLETE WORKS OF SAINT JOHN OF THE CROSS
[LAS OBRAS COMPLETAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ]
Por San Juan de la Cruz
Este libro traducido del Español original al Inglés por E. Allison Peers.
BienesTemporales
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
THE COMPLETE WORKS OF SAINT JOHN OF THE CROSS
[LAS OBRAS COMPLETAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ]
Por San Juan de la Cruz
Este libro traducido del Español original al Inglés por E. Allison Peers.
BienesTemporales
San Juan nos dice que el gozo nace de seis clases de
cosas o bienes: temporales, naturales, sensuales, morales, sobrenaturales y
espirituales. Dice que nunca debemos
gozarnos excepto en lo que redunda en el honor y gloria de Dios. Lo demás no tiene provecho para el cielo.
La primera clase de bienes de que San Juan habla son temporales, como las riquezas, títulos, rango y oficio. Dice que si somos ricos, debemos usar nuestras riquezas para mejor servir a Dios; de otra manera, es cosa vana gozarnos en ellas, porque el afecto por las riquezas llena la voluntad en el lugar de Dios que ahí moraba. Dios desea llenar toda nuestra voluntad con El mismo, para que lo amemos perfectamente como era antes de la caída de Adán y Eva. De esta manera, Dios puede compartir con nosotros su amor sobrenatural. Ya que Dios nos creó para compartir su amor con nosotros, la verdadera felicidad no puede encontrarse en otra parte.
San Juan habla de esas buenas gentes que ocupan cargos importantes. Dan un primer paso atrás alejándose de Dios cuando comienzan a gozarse en sus birnrd terrenales. Olvidan que todo bien viene de Dios, no importa cuanto se hayan esforzado por obtenerlo. Este primer alejamiento causa que los bienes de Dios se oscurezcan en la misma medida en que han puesto sus afectos en bienes terrenales. La gente cuyos afectos están enderezados a Dios y no a los bienes terrenales, experimentan un gozo espiritual que excede con mucho cualquier gozo humano.
El segundo paso atrás se da cuando sus afectos por todos esos bienes terrenales y buena gente han crecido tanto que se han engrosado de afecto por ellos [en la voluntad]. San Juan dice que se retiran más y más de la justicia y se dejan llevar por las recompensas y, debido a su afecto por otras cosas, dejan de hacer su deber. Aparte de tener el juicio y entendimiento oscurecido, caen en el pecado de codicia y ya no pueden reconocer la verdad y la justicia.
El tercer grado de alejamiento de Dios es el abandono de Dios, por la libertad de disfrutar cosas mundanas sin pensar en las consecuencias. Sus facultades [el alma] se han vuelto de Dios a las cosas profanas. Se han vuelto verdaderamente avariciosos y disipan todo su gozo en gente y cosas creadas. Dice San Juan que éstos caen en innumerables pecados.
Entonces, cuando han caído hasta el cuarto grado del mal, se han alejado de Dios tan completamente que su entendimiento, memoria y voluntad están totalmente oscurecidos a las cosas espirituales. Sirven al dinero, no a Dios, su fin eterno. San Juan nos dice que ni siquiera debemos comenzar a regocijarnos en ningún bien o cosa temporal, porque lo pequeño se hace grande. Debemos tener gran temor de que nuestro gozo en criaturas y cosas creadas crezca en detrimento de nuestra alma.
La primera clase de bienes de que San Juan habla son temporales, como las riquezas, títulos, rango y oficio. Dice que si somos ricos, debemos usar nuestras riquezas para mejor servir a Dios; de otra manera, es cosa vana gozarnos en ellas, porque el afecto por las riquezas llena la voluntad en el lugar de Dios que ahí moraba. Dios desea llenar toda nuestra voluntad con El mismo, para que lo amemos perfectamente como era antes de la caída de Adán y Eva. De esta manera, Dios puede compartir con nosotros su amor sobrenatural. Ya que Dios nos creó para compartir su amor con nosotros, la verdadera felicidad no puede encontrarse en otra parte.
San Juan habla de esas buenas gentes que ocupan cargos importantes. Dan un primer paso atrás alejándose de Dios cuando comienzan a gozarse en sus birnrd terrenales. Olvidan que todo bien viene de Dios, no importa cuanto se hayan esforzado por obtenerlo. Este primer alejamiento causa que los bienes de Dios se oscurezcan en la misma medida en que han puesto sus afectos en bienes terrenales. La gente cuyos afectos están enderezados a Dios y no a los bienes terrenales, experimentan un gozo espiritual que excede con mucho cualquier gozo humano.
El segundo paso atrás se da cuando sus afectos por todos esos bienes terrenales y buena gente han crecido tanto que se han engrosado de afecto por ellos [en la voluntad]. San Juan dice que se retiran más y más de la justicia y se dejan llevar por las recompensas y, debido a su afecto por otras cosas, dejan de hacer su deber. Aparte de tener el juicio y entendimiento oscurecido, caen en el pecado de codicia y ya no pueden reconocer la verdad y la justicia.
El tercer grado de alejamiento de Dios es el abandono de Dios, por la libertad de disfrutar cosas mundanas sin pensar en las consecuencias. Sus facultades [el alma] se han vuelto de Dios a las cosas profanas. Se han vuelto verdaderamente avariciosos y disipan todo su gozo en gente y cosas creadas. Dice San Juan que éstos caen en innumerables pecados.
Entonces, cuando han caído hasta el cuarto grado del mal, se han alejado de Dios tan completamente que su entendimiento, memoria y voluntad están totalmente oscurecidos a las cosas espirituales. Sirven al dinero, no a Dios, su fin eterno. San Juan nos dice que ni siquiera debemos comenzar a regocijarnos en ningún bien o cosa temporal, porque lo pequeño se hace grande. Debemos tener gran temor de que nuestro gozo en criaturas y cosas creadas crezca en detrimento de nuestra alma.
Derechos de Autor, Copyright © 2015 & 2016
- John of the Cross, Saint [San Juan de la Cruz], The Complete Works of Saint John of the Cross, Volme I [Las Obras Completas de San Juan de la Cruz Volumen I], traducido y editado por E. Allison Peers, Maryland; The Newman Press. reimpreso en 1957.
- John of the Cross, Saint [San Juan de la Cruz], The Complete Works of Saint John of the Cross, Volme II & III [Las Obras Completas de San Juan de la Cruz Volumen II], traducido y editado por E. Allison Peers, Maryland; The Newman Press. reimpreso en 1953.