Nota 53
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
JOHN RUUSBROEC - The Spiritual Espousals and Other Works
[JOHN RUUSBROEC - El Desposorio Espiritual y Otras Obras]
Por John Ruusbroec
[John of Ruysbroeck es la traducción al inglés de Jan o Johannes van Ruusbroec, en holandés.]
Fue un místico del siglo XIV en el Priorato de Groenendaal, en el Bosque
Soignes. Traducido del flamenco del Beato John Ruusbroec por el Reverendo
James A. Wiseman, O.S.B., S.T.D. / Jefe de la Redacción, James Farina.
Los Contemplativos
Notas de Ella Boudreaux Mayo tomadas de
JOHN RUUSBROEC - The Spiritual Espousals and Other Works
[JOHN RUUSBROEC - El Desposorio Espiritual y Otras Obras]
Por John Ruusbroec
[John of Ruysbroeck es la traducción al inglés de Jan o Johannes van Ruusbroec, en holandés.]
Fue un místico del siglo XIV en el Priorato de Groenendaal, en el Bosque
Soignes. Traducido del flamenco del Beato John Ruusbroec por el Reverendo
James A. Wiseman, O.S.B., S.T.D. / Jefe de la Redacción, James Farina.
Los Contemplativos
Este autor dice que una BUENA PERSONA no tiene pecado mortal en su alma. Obedece a la Iglesia y es un servidor fiel. Lleva una vida exterior (vida activa). Está satisfecho de sí mismo porque sabe que guarda los Mandamientos y su mente está dirigida hacia Dios. Desea hacer la voluntad de Dios en todos sus trabajos. Piensa que las buenas obras son más santas que los ejercicios interiores porque no sabe nada de la vida interior. Su mente tiene más imágenes de sus buenas obras que del Dios por quien hace las buenas obras. En todas sus oraciones, buenas obras y devociones, busca cosas temporales y se esfuerza por las cosas eternas de una manera que le sea agradable. Tal persona, dice el autor, carece del amor desinteresado necesario para unirla a Dios.
El autor dice que la PERSONA ESPIRITUAL tiene pocas imágenes, no desea cosas desordenadamente y ha tenido por lo menos una experiencia interior de unión con Dios.
El autor dice que la única cosa necesaria para todos es el amor divino y que la “mejor parte” es la vida Contemplativa, que es la que los amigos secretos e hijos de Dios eligen. Explica lo siguiente:
EL CONTEMPLATIVO experimenta el amor divino y está sumergido en este amor en lo más profundo de su ser. Cuando entra dentro de sí mismo, disfruta la presencia de Dios. Su mente está vacía de toda cosa y en cualquier momento puede entrar en lo más íntimo de su espíritu.
LOS CONTEMPLATIVOS SECRETOS DE DIOS mantienen un apego ferviente a El y no aman ni desean desordenadamente. El autor dice que Dios los llama a entrar en sí mismos y les da poderes de discernimiento. Tienen un asentimiento amoroso a Dios, pero tienen imágenes y no están seguros de la salvación eterna porque no han muerto enteramente a sí mismos (egocentrismo) ni a sus obras. Como están completamente satisfechos con los dones de Dios, sus propias obras interiores y consolaciones, no mueren totalmente a sí mismos para poder alcanzar el grado más alto de contemplación. No experimentan a Dios, dice el autor, mediante el amor desnudo en un vacío de sí mismos. Dice que sin embargo Dios los ama y las cosas van bien con ellos.
LOS HIJOS CONTEMPLATIVOS DE DIOS pasan por una experiencia semejante a la muerte, dice el autor, a un estado en que se consumen en la Santísima Trinidad. Han muerto a todo amor propio y están conformados a la vida de Dios. Renuncian a todo egocentrismo en ellos mismos y en sus obras. Estos hijos no tienen imágenes en su espíritu porque trascienden todas las cosas y en su desnudez son guiados por el Espíritu de Dios. San Pablo dice que “todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios” (Rom. 8:14).
El autor dice que la PERSONA ESPIRITUAL tiene pocas imágenes, no desea cosas desordenadamente y ha tenido por lo menos una experiencia interior de unión con Dios.
El autor dice que la única cosa necesaria para todos es el amor divino y que la “mejor parte” es la vida Contemplativa, que es la que los amigos secretos e hijos de Dios eligen. Explica lo siguiente:
EL CONTEMPLATIVO experimenta el amor divino y está sumergido en este amor en lo más profundo de su ser. Cuando entra dentro de sí mismo, disfruta la presencia de Dios. Su mente está vacía de toda cosa y en cualquier momento puede entrar en lo más íntimo de su espíritu.
LOS CONTEMPLATIVOS SECRETOS DE DIOS mantienen un apego ferviente a El y no aman ni desean desordenadamente. El autor dice que Dios los llama a entrar en sí mismos y les da poderes de discernimiento. Tienen un asentimiento amoroso a Dios, pero tienen imágenes y no están seguros de la salvación eterna porque no han muerto enteramente a sí mismos (egocentrismo) ni a sus obras. Como están completamente satisfechos con los dones de Dios, sus propias obras interiores y consolaciones, no mueren totalmente a sí mismos para poder alcanzar el grado más alto de contemplación. No experimentan a Dios, dice el autor, mediante el amor desnudo en un vacío de sí mismos. Dice que sin embargo Dios los ama y las cosas van bien con ellos.
LOS HIJOS CONTEMPLATIVOS DE DIOS pasan por una experiencia semejante a la muerte, dice el autor, a un estado en que se consumen en la Santísima Trinidad. Han muerto a todo amor propio y están conformados a la vida de Dios. Renuncian a todo egocentrismo en ellos mismos y en sus obras. Estos hijos no tienen imágenes en su espíritu porque trascienden todas las cosas y en su desnudez son guiados por el Espíritu de Dios. San Pablo dice que “todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios” (Rom. 8:14).
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